Artículo Científico

Impacto de la espasticidad en las actividades diarias de los pacientes con esclerosis múltiple

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PUNTOS CLAVE

RESUMEN

En este estudio, se realizó una encuesta a pacientes participantes en el registro del Comité Investigador de Esclerosis Múltiple de Norteamérica (NARCOMS). Respondieron 10 353, de los cuales más del 80 % tenía espasticidad. En más del 35 % de los casos, la rigidez, los espasmos o el dolor ―sobre todo en las extremidades inferiores― repercutía negativamente en los pacientes de forma moderada o grave. La mayoría recibía tratamiento para la espasticidad, pero menos de la mitad de los pacientes estaba satisfecha con los resultados. Se necesitan más estudios para evaluar las repercusiones de la espasticidad y optimizar los tratamientos.

COMENTARIO

La espasticidad es muy prevalente en las personas con esclerosis múltiple (EM). En una encuesta previa con 20 000 pacientes del NARCOMS, el 84 % de los encuestados había respondido que padecía espasticidad, y la mayor gravedad se correspondía con un mayor grado de discapacidad y una menor calidad de vida. Para ampliar estos resultados y caracterizar los síntomas asociados a la espasticidad, los tratamientos y la satisfacción con ellos, se realizó una nueva encuesta.

La discapacidad asociada a la EM se evaluó mediante dos instrumentos validados: el cuestionario PDDS (Patient Determined Disease Steps) y la escala funcional PS (Performance Scales). El PDDS se enfoca, sobre todo, en la deambulación, y se correlaciona con la Escala Ampliada del Estado de Discapacidad (Expanded Disability Status Scale, EDSS) que aplica el médico. La escala PS también evalúa la discapacidad asociada a la EM; cada ítem se enfoca en una función neurológica específica: movilidad, espasticidad, fatiga, mano, visión, cognición, sensibilidad, síntomas urinarios/intestinales.

Más del 80 % de los pacientes reportaron tener espasticidad, de los cuales más del 35 % la calificaron como moderada o grave. A mayor espasticidad, mayor discapacidad (r = 0,54); peor movilidad (r = 0,53) y función vesical (r = 0,46); y mayor grado de fatiga (r = 0,47) y dolor (r = 0,50), medidos mediante el PDSS; la p fue <0,0001 en todos los casos. Los pacientes manifestaron que la espasticidad interfería moderada o gravemente con subir escaleras (41,1 %), caminar (39,7 %) y dormir (34,5 %).

En cuanto al tratamiento, más del 80 % de los participantes había recibido alguna vez uno o más tratamientos para la espasticidad. Los medicamentos orales[1] eran el tratamiento más utilizado (65 %), seguido de los estiramientos, los ejercicios y la fisioterapia. El fármaco más usado era el baclofeno. La combinación de dos medicamentos más usada era baclofeno + gabapentina y la de tres medicamentos, baclofeno + gabapentina + tizanidina.

Poco menos del 50 % de los participantes de la encuesta estaba satisfecho o muy satisfecho con el tratamiento de la espasticidad, mientras que el 42 % se mostró neutral en la valoración y el 11 % estaba poco o muy poco satisfecho. La satisfacción descendía según aumentaba la gravedad de la espasticidad.

En conclusión, este estudio muestra que, a pesar del tratamiento, una parte importante de los pacientes tiene limitaciones moderadas o intensas debido a los síntomas de la espasticidad. Además, sugieren que algunas modalidades de tratamiento podrían estar infrautilizadas. Los autores indican la necesidad de estudios prospectivos con grandes cohortes de pacientes con EM, que incluyan datos reportados tanto por los profesionales como por los propios pacientes, para confirmar los resultados y examinar otros factores subyacentes.

 

Los cannabinoides no estaban disponibles en Estados Unidos.
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