RESUMEN
La lumbalgia es una de las alteraciones osteomusculares más prevalentes y es un motivo frecuente de consulta médica y de discapacidad funcional y laboral. Dado que se trata de un dolor de tipo mixto, el enfoque terapéutico actual utiliza terapias con diferentes mecanismos de acción para lograr una analgesia más eficaz.
Este artículo revisa el papel de las vitaminas del complejo B (tiamina, piridoxina y cianocobalamina) como tratamiento adyuvante del dolor osteomuscular y, en particular, de la lumbalgia.
COMENTARIO
Las patologías musculoesqueléticas representan un problema de salud pública en los países occidentales, constituyen una de las causas más frecuentes de consulta médica y son la principal fuente de dolor crónico en todo el mundo.
De ellas, el dolor de espalda y, en concreto, la lumbalgia, es la segunda con mayor morbilidad, solo superada por la artrosis. De hecho, es la segunda causa más frecuente de consulta al médico de atención primaria y se estima que el 70 % de la población la sufre a lo largo de la vida. Además, el dolor lumbar crónico se asocia con otras comorbilidades, como la depresión, los trastornos de pánico, la ansiedad o los trastornos del sueño.
La lumbalgia también tiene un gran impacto económico, ya que se trata de la causa más frecuente de incapacidad y absentismo laboral en pacientes menores de 45 años.
El dolor lumbar se puede categorizar según su etiología como patología espinal (p.ej., secundaria a fractura vertebral o espondiloartrosis), síndrome radicular (p. ej., secundario a compresión de la raíz dorsal por discopatía) o dolor lumbar inespecífico, si la causa es desconocida. Este último es el más frecuente y, en España, representa el 80 %-85 % de todas las lumbalgias.
Generalmente, el dolor lumbar tiene componentes tanto neuropáticos como nociceptivos, por lo que se considera un dolor de tipo mixto. Por ello, el abordaje terapéutico actual se basa en combinar analgésicos con diferentes mecanismos de acción para actuar sobre los diferentes componentes del dolor y lograr un resultado adecuado.
Las guías NICE recomiendan el tratamiento con antinflamatorios no esteroideos (AINE) a las dosis más bajas y durante el menor tiempo posible, pero no contemplan el uso de opioides en los casos agudos —salvo que el AINE esté contraindicado, no se tolere o sea ineficaz— ni el uso únicamente de paracetamol.
Diversas publicaciones indican que la suplementación con la combinación de tiamina (vitamina B1), piridoxina (vitamina B6) y cianocobalamina (vitamina B12) —en conjunto, TPC—a dosis elevadas interactúa sinérgicamente para mejorar la neuropatía, el control motor, el dolor nociceptivo y el dolor neuropático.
El complejo B en el dolor
Algunas de las vitaminas del grupo B se consideran «neurotróficas», ya que llevan a cabo funciones relevantes en el sistema nervioso central y periférico, incluidos procesos metabólicos, de mielinización y de regeneración neuronal. Según la evidencia disponible, estas vitaminas podrían aliviar los síntomas de ciertas afecciones neurológicas y otros procesos dolorosos, incluso aunque no exista un déficit vitamínico.
Las vitaminas B1, B6 y B12 producirían un efecto analgésico a través de diferentes mecanismos de acción, entre los que se incluyen:
- modular las respuestas antinflamatoria y antioxidante,
- mejorar la producción de los neurotransmisores que participan en la vía moduladora descendente del dolor, y
- activar los receptores de adenosina en las neuronas nociceptivas del ganglio de la raíz dorsal.
Los mecanismos de acción antinociceptivos y, probablemente, antinflamatorios y neuroprotectores atribuidos a las vitaminas del complejo B pueden reforzar el efecto analgésico de los AINE o del paracetamol, especialmente en los dolores de tipo mixto.
Usos clínicos del complejo B en síndromes dolorosos de tipo mixto
Dado que el dolor de espalda es de tipo mixto, la aproximación terapéutica no debería dirigirse a un único blanco terapéutico, sino que deberían utilizarse fármacos o terapias con diferentes mecanismos de acción —antinflamatorio, neuromodulador y antinociceptivo— para conseguir una analgesia más eficaz.
En este sentido, la combinación de vitaminas TPC, puede ser útil como terapia complementaria o adyuvante en dolores de tipo mixto, como, por ejemplo, el dolor lumbar de origen no específico o alteraciones osteomusculares e inflamatorias de la región dorsal. De hecho, diferentes estudios clínicos han demostrado que la terapia combinada con el complejo TPC y diclofenaco es más eficaz que la monoterapia con diclofenaco en pacientes con dolor lumbar agudo o con exacerbaciones agudas de la afección crónica, con o sin enfermedad degenerativa de la columna lumbar, pero sin discopatía.
En un reciente metanálisis se concluyó que, comparada con el diclofenaco en monoterapia, la terapia combinada (TPC + AINE) en pacientes con dolor lumbar agudo se asocia con menor intensidad del dolor y mayor satisfacción del paciente en una etapa temprana de la enfermedad. En este metanálisis, no se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos de tratamiento en cuanto a las reacciones adversas gastrointestinales esperadas debido uso del AINE. Además, la terapia combinada permite reanudar antes las actividades laborales, lo que contribuye a reducir la carga económica derivada de la incapacidad.
Conclusiones
La mayoría de los procesos osteomusculares son de tipo mixto, por lo que se recomienda un abordaje terapéutico multimodal basado en diferentes mecanismos de acción ―antinflamatorio, neuromodulador y antinociceptivo—. El uso de las vitaminas del grupo B (TPC) junto con un AINE tiene un efecto analgésico adyuvante y mejora la funcionalidad y el dolor osteomuscular, especialmente en la lumbalgia.