Resumen
Esta revisión bibliográfica muestra que cuanto antes se instaure el tratamiento médico o quirúrgico de la hiperplasia benigna de próstata (HBP), mayor será su efectividad. Con respecto al tratamiento médico de los síntomas del tracto urinario inferior (STUI) moderados o graves, es conveniente empezar con una combinación de bloqueantes α e inhibidores de la 5α-reductasa lo antes posible. En cuanto al tratamiento quirúrgico, se debe realizar lo antes posible después del primer episodio de retención aguda de orina y se debe extirpar el máximo tejido posible.
Comentario
Los autores llevaron a cabo una revisión bibliográfica para evaluar si el momento en el que se instaura el tratamiento médico o quirúrgico de la HBP influye en la efectividad del tratamiento y, por tanto, en la respuesta funcional del paciente y en su calidad de vida.
La efectividad del tratamiento de los STUI causados por la HBP depende del tipo de fármacos que se utilicen y de que el tratamiento (ya sea médico o quirúrgico) se empiece de forma precoz.
Tratamiento médico de la hiperplasia benigna de próstata
El tratamiento de la HBP se suele empezar con bloqueantes α en monoterapia y se añaden inhibidores de la 5α-reductasa a posteriori. Sin embargo, si la combinación se lleva a cabo desde el momento en el que se instaura el tratamiento, disminuye el riesgo de retención aguda de orina (y por tanto de necesidad de tratamiento quirúrgico) y de STUI graves. La combinación está indicada de inicio en los pacientes con STUI moderados a graves con riesgo de progresión. Los efectos secundarios del tratamiento combinado son aceptables.
El tratamiento médico más eficaz de la hiperplasia benigna de próstata con síntomas de vías urinarias bajas moderados o graves es el tratamiento combinado de bloqueantes α e inhibidores de la 5α-reductasa instaurado de forma precoz.
La fitoterapia puede ser una opción para los pacientes con STUI leves, ya que tiene muy pocos efectos secundarios. Desde 2021, la European Association of Urology recomienda Serenoa repens extraída con hexano para tratar los STUI leves de los hombres que quieren evitar los efectos adversos ―sobre todo, los sexuales―, aunque debe informárseles de su reducida eficacia.
Los autores no encontraron estudios de otros fármacos para tratar la HBP de forma precoz.
Tratamiento quirúrgico de la hiperplasia benigna de próstata
La obstrucción infravesical es un factor de riesgo de vejiga hiperactiva, por lo que es muy importante eliminar dicha obstrucción antes de que se desarrolle la hiperactividad.
Realizar el tratamiento quirúrgico justo después o lo antes posible después del primer episodio de retención aguda de orina disminuye el riesgo de vejiga hiperactiva y por tanto de necesitar tratamiento médico postoperatorio.
Si el tratamiento quirúrgico de la hiperplasia benigna de próstata está indicado, es fundamental realizarlo lo antes posible.
El tratamiento quirúrgico de la HBP permite eliminar cualquier obstrucción, pero si ya se había desarrollado vejiga hiperactiva antes de la cirugía, es posible que produzca síntomas que requieran tratamiento médico. Hay muchos pacientes que piensan que, si se operan, ya no tendrán que tomar ningún medicamento. Sin embargo, ni siquiera las técnicas quirúrgicas más modernas aseguran que el paciente no necesite tratamiento médico después de la intervención.
Los cirujanos deben intentar extirpar todo el tejido posible, ya que se ha visto que una tasa alta de resección disminuye la probabilidad de necesitar tratamiento médico y sondaje a corto plazo tras la cirugía.
No hay datos que indiquen cuándo se debe realizar el tratamiento quirúrgico en aquellos pacientes con STUI estables pero persistentes con tratamiento médico.
Conclusiones
El tratamiento de la HBP, ya sea médico o quirúrgico, debe instaurarse lo antes posible.
En pacientes con HBP de gran volumen, el tratamiento combinado con bloqueantes α e inhibidores de la 5α-reductasa desde el principio es más eficaz que si se empiezan los bloqueantes α y se añaden los inhibidores de la 5α-reductasa a posteriori.
El tratamiento quirúrgico se debe realizar lo antes posible después del primer episodio de retención aguda de orina, ya que así disminuirá el riesgo de desarrollar vejiga hiperactiva y, por tanto, de necesitar tratamiento médico. Asimismo, los cirujanos deben intentar extirpar el máximo tejido prostático posible.