RESUMEN
La rinitis alérgica es actualmente la primera causa de enfermedad crónica en el niño y la quinta en el adulto en EE. UU. y se asocia a elevados costes directos e indirectos. El propósito de esta guía es abordar las oportunidades para la mejora cualitativa por parte de cualquier clínico que pueda ver pacientes con rinitis alérgica (RA), así como optimizar la atención, promover el diagnóstico y tratamiento eficaces y reducir alternativas perjudiciales o innecesarias.
La guía es aplicable tanto a niños a partir de los 2 años como a adultos y se ha concebido para centrarse en determinadas oportunidades para la mejora cualitativa consideradas las más importantes por el grupo de trabajo y no pretende ser una obra de referencia completa sobre el diagnóstico y manejo de la RA.
COMENTARIO
La guía, desarrollada por la American Academy of Otolaryngology-Head and Neck Foundation, comienza describiendo su objetivo y realizando una introducción sobre la epidemiología de la RA y de la carga y costes asociados, así como estableciendo las definiciones de rinitis alérgica. Posteriormente pasa a detallar la metodología empleada para su elaboración y a estructurar sus recomendaciones:
- Se debe diagnosticar una RA cuando un paciente presente una historia y una exploración física compatibles con una causa alérgica y al menos 1 de los siguientes síntomas: congestión nasal, goteo nasal, picor nasal o estornudos.
- Se debe realizar e interpretar una prueba de IgE específica (cutánea o sanguínea) en pacientes con diagnóstico de RA que no respondan al tratamiento empírico, cuando no se tiene certeza del diagnóstico, o cuando es necesario conocer el alérgeno causante para hacer una terapia dirigida.
- No se debe realizar de rutina pruebas de imagen nasosinusal a pacientes con síntomas compatibles con un diagnóstico de RA.
- Se puede aconsejar a los pacientes que eviten los alérgenos conocidos o que tomen medidas de control ambiental (p. ej., evitar mascotas, usar filtros de aire, colchas, acaricidas) en caso de pacientes con RA en los que se hayan identificado los alérgenos que se correlacionan con los síntomas.
- Se debe evaluar la presencia de enfermedades asociadas como el asma, la dermatitis atópica, alteraciones respiratorias del sueño, conjuntivitis, rinosinusitis y otitis media en los pacientes diagnosticados de RA, dejándolo documentado en la historia clínica.
- Se debe recomendar el uso de corticoides intranasales en pacientes con diagnóstico clínico de RA a quienes los síntomas afecten a su calidad de vida.
- Se debe recomendar el uso de antihistamínicos orales de segunda generación, menos sedantes, en pacientes con RA cuya sintomatología predominante sea el picor y los estornudos.
- Se puede ofrecer el uso de antihistamínicos intranasales a pacientes con RA estacional, continua o episódica.
- No se debe ofrecer el uso de antagonistas receptores de leucotrienos como tratamiento inicial de la RA.
- Se puede ofrecer una combinación de fármacos a pacientes con RA que tienen una respuesta inadecuada a la monoterapia.
- Se debe ofrecer la inmunoterapia (sublingual o subcutánea) a pacientes con RA que tengan una respuesta inadecuada al tratamiento farmacológico con o sin medidas de control ambiental.
- Se puede ofrecer cirugía del cornete nasal inferior a pacientes con RA y obstrucción nasal al flujo aéreo con agrandamiento de cornetes en los que haya fracasado el tratamiento farmacológico.
- Se puede ofrecer acupuntura a pacientes con RA que deseen terapias no farmacológicas.
- No se puede hacer una recomendación sobre el uso de terapias herbales para pacientes con RA.
Todas las recomendaciones se acompañan de una detallada fundamentación.