Alergia a las mascotas: consejos para la consulta

Actualización

Puntos clave

  • Más de la mitad de la población tiene una mascota en su domicilio1.
  • Las alergias a perros y gatos son las más frecuentes y estudiadas1–7.
  • La alergia a las mascotas se diagnostica con una anamnesis, una exploración física y pruebas diagnósticas como la prueba de punción o la determinación de inmunoglobulina E específica2.
  • En algunos casos se recomienda hacer también un diagnóstico molecular, sobre todo en pacientes polisensibilizados1,2.
  • La medida preventiva más eficaz es evitar la exposición al animal2.
  • La inmunoterapia con alérgenos es una opción terapéutica prometedora para la alergia a las mascotas, pero hay muy pocos ensayos clínicos aleatorizados de buena calidad2.
  • Los datos sobre los efectos de la exposición temprana a animales domésticos en el desarrollo de enfermedades alérgicas no son concluyentes2,8.

Introducción

La exposición a mamíferos con pelo es muy alta en los hogares de los países industrializados. Una encuesta internacional que incluyó 27 000 participantes de 22 países reveló que el 57 % de la población tiene al menos una mascota en casa, sobre todo perros (33 %) y gatos (23 %)1.

Sin embargo, la exposición a los alérgenos no requiere un contacto directo con las mascotas, ya que estos están presentes en hogares sin animales, escuelas, guarderías, centros de trabajo y otros lugares en cantidades capaces de sensibilizar y producir síntomas9. Esto se debe a que las personas que conviven con animales pueden transportar los alérgenos a través de la ropa, complementos y cabello10.

Epidemiología

En España, el 6 % de la población está sensibilizada a los alérgenos de los animales2.

La alergia a los gatos es la alergia a mamíferos más frecuente en humanos. Una de cada 5 personas en todo el mundo está sensibilizada a los alérgenos de gato1.

Por otro lado, se estima que el 26 % de los adultos europeos que consultan por sospecha de alergia respiratoria están sensibilizados a los gatos y el 27 %, a los perros2. Otras fuentes habituales de alérgenos son los caballos, los ratones, las ratas, los conejillos de indias, los jerbos y los conejos9.

Muchas personas están sensibilizadas a más de una mascota2,9,10. De hecho, el 75 % de las personas sensibilizadas a animales domésticos tienen 14 veces más probabilidades de estar sensibilizadas a otros2.

Alérgenos de las mascotas

Los alérgenos de las mascotas están presentes en su epitelio, caspa, suero, saliva y orina1,10,11.

Algunos alérgenos de perros, gatos y otros mamíferos tienen reactividad cruzada entre ellos debido a su similitud estructural (por ejemplo, los que pertenecen a la familia de la lipocalina con los de la albúmina), lo que dificulta identificar la fuente primaria de sensibilización2.

Los principales alérgenos de los perros son Can f 1 y Can f 5.2 Este último posee reactividad cruzada con el antígeno prostático específico (PSA), con el que comparte una homología mayor al 50 %10. Se ha sugerido que estar sensibilizado a Can f 5 puede aumentar el riesgo de presentar reacciones alérgicas al líquido seminal humano y que puede tener un papel importante en los casos de infertilidad2,10,11. Por su parte, los alérgenos mayoritarios de los gatos son Fel d 1 y Fel d 4, aunque se desconoce el significado clínico de la sensibilización a Fel d 4.2

Clínica

La gravedad de las manifestaciones clínicas es muy variable, desde síntomas leves de rinitis y conjuntivitis hasta asma grave que puede ser mortal1. Aunque los síntomas habituales son de tipo respiratorio, las mascotas pueden producir síntomas cutáneos10.

La sensibilización a dos o más alérgenos de perro se asocia con asma grave y la sensibilización a Can f 1 y Can f 5, a rinitis persistente10.

La relación entre tener una mascota y el riesgo de desarrollar una alergia es controvertida8.

Parece que la exposición durante el primer año de vida a perros o gatos podría disminuir el riesgo de asma alérgica10,12, mientras que si la exposición es posterior, podría aumentar el riesgo de desarrollarla10. Los datos con respecto a la rinitis alérgica son más controvertidos, ya que hay datos tanto a favor como en contra —incluso neutros— de que la exposición temprana a mascotas aumenta el riesgo de presentarla13.

Diagnóstico convencional

La alergia a las mascotas se diagnostica con una anamnesis, una exploración física y la realización de pruebas convencionales, tales como la prueba de punción con extractos alergénicos estandarizados y la determinación serológica de inmunoglobulina (Ig) E específica2.

Si se sospecha alergia a los gatos, se recomienda determinar la IgE específica frente al extracto completo o a Fel d 1. En cuanto a los perros, se recomienda determinar la IgE específica frente al extracto completo y frente al mayor número posible de alérgenos de perro disponibles2.

Diagnóstico molecular

En ocasiones, los extractos utilizados en la prueba de punción o en la determinación de IgE específica son heterogéneos con respecto al contenido de alérgeno, pueden carecer de alérgenos importantes e incluso contener contaminantes, por lo que los resultados pueden ser incorrectos14. Como solución a esto, el diagnóstico molecular está ganando protagonismo en el campo de la alergia a las mascotas1. Este método consiste en la medición cuantitativa de IgE específica contra componentes individuales y purificados de un alérgeno, que puede ser nativo purificado o recombinante11. A día de hoy ya hay disponibles alérgenos de perros, gatos y caballos para el diagnóstico molecular1.

El diagnóstico molecular es especialmente útil en dos escenarios:

  1. cuando la anamnesis y los resultados de las pruebas diagnósticas convencionales son contradictorios1;
  2. en pacientes polisensibilizados a varios animales2.

El diagnóstico molecular es ideal para diferenciar entre la cosensibilización y la reactividad cruzada en pacientes polisensibilizados2,14.

Además, conocer el perfil específico de sensibilización de los pacientes permite optimizar la selección de pacientes para la inmunoterapia y la composición de alérgenos utilizados en esta10,14.

Tratamiento y profilaxis

Las intervenciones profilácticas y terapéuticas deben iniciarse lo antes posible. Además, es fundamental evaluar la calidad de vida de los pacientes para establecer las medidas más adecuadas, por ejemplo mediante cuestionarios específicos2.

Evitación

Aunque la medida más beneficiosa es evitar al animal, muchas veces esto no es posible y se asocia con un gran impacto emocional2,10.

Si, en efecto, no fuera posible evitar al animal, se recomienda combinar las medidas mostradas en el cuadro 1, ya que de manera aislada no parecen ser útiles2.

Cuadro 1. Medidas que han mostrado cierta utilidad para los pacientes alérgicos a mascotas

  • En el caso de los perros y gatos, lavarlos al menos 2 veces por semana (esta medida disminuye la cantidad de Fel d 1 de los gatos y Can f 1 de los perros).
  • Utilizar purificadores con filtros de aire HEPA.
  • Usar aspiradoras potentes con regularidad.
  • Utilizar fundas para colchones y almohadas con poros ≤6 µm.
  • Retirar cojines y otros elementos que puedan actuar como reservorios.
  • Lavar las almohadas y otros reservorios con hipoclorito de sodio o ácido tánico.
  • Utilizar sistemas de flujo de aire laminar con temperatura controlada durante la noche.
  • Aplicar al animal lociones tópicas que encapsulen los alérgenos de su pelaje.

HEPA: recogedor de partículas de alta eficiencia
Fuente: Dávila y otros2

La adherencia a estas medidas profilácticas se puede mejorar con educación y seguimiento de los pacientes2.

Aunque se necesitan más estudios para confirmarlo, es conveniente que los pacientes alérgicos a perros o gatos sensibilizados a alérgenos de la familia de la albúmina o la lipocalina eviten exponerse a otros mamíferos. Los pacientes asmáticos sensibilizados también deben evitar exponerse a alérgenos de perros y gatos para minimizar el riesgo de exacerbación del asma2.

Los datos son poco consistentes, pero parece que la esterilización de perros machos podría ser beneficiosa para los pacientes monosensibilizados a Can f 510.

No se deben recomendar las denominadas mascotas «hipoalergénicas»2.

Las mascotas hipoalergénicas son animales genéticamente modificados para no producir un alérgeno mayoritario (como es el caso de Fel d 1); sin embargo, este tipo de animales no es útil para evitar la exposición si el paciente está sensibilizado a otro alérgeno clínicamente significativo2.

No hay estudios que evalúen la eficacia de esta medida, pero los pacientes alérgicos deben evitar, en la medida de lo posible, la exposición indirecta a animales: no acudir a lugares donde puedan haber estado animales, cambiarse de ropa cuando vayan de lugares con una alta concentración de alérgeno a lugares con una concentración baja, que los convivientes que trabajen o hayan estado con animales se duchen y se cambien de ropa antes de volver al domicilio, etcétera2.

Si los síntomas continúan a pesar de las medidas de evitación, se recomienda el tratamiento farmacológico con antihistamínicos y corticoides7.

Inmunoterapia con alérgenos

Si la educación del paciente, la evitación de los alérgenos y el tratamiento farmacológico no son suficientes para controlar los síntomas, la inmunoterapia —principalmente por vía subcutánea, ya que es más eficiente— puede ser una opción9,10.

La inmunoterapia es eficaz para la alergia a los gatos tanto desde un punto de vista clínico como de laboratorio. En el caso de los perros, la eficacia no está tan clara2,7.

Hay muy pocos ensayos clínicos aleatorizados de buena calidad que evalúen la alergia a las mascotas, por lo que se necesitan más estudios4,9.

Conclusiones

Más de la mitad de la población tiene una mascota en casa y la prevalencia de la alergia a estas está aumentando. Sin embargo, ciertos aspectos relacionados con la alergia a los animales domésticos aún son controvertidos, como los efectos de la exposición temprana de los niños y la inmunoterapia. La mayor parte de la bibliografía publicada se centra en perros y gatos y aún hacen falta estudios de buena calidad para poder establecer recomendaciones bien fundamentadas en cuanto a este tipo de alergia.

Bibliografía

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