Novedades en el tratamiento de las alergias alimentarias

Actualización

Puntos clave

  • El tratamiento actual de las alergias alimentarias consiste en la dieta de evitación del alimento responsable y la medicación de rescate en caso de ingesta accidental1,2.
  • Se necesitan tratamientos efectivos que disminuyan el riesgo de anafilaxia de los pacientes con alergias alimentarias1,2.
  • La inmunoterapia específica con alérgenos alimentarios es el tratamiento de las alergias alimentarias que más se está estudiando actualmente3.
  • La inmunoterapia oral es la modalidad más eficaz, pero también la que tiene más efectos secundarios4.
  • Hay numerosos ensayos clínicos en marcha para evaluar nuevos tratamientos inmunomoduladores para las alergias alimentarias, tales como productos biológicos, proteínas modificadas, vacunas de ADN y trasplante de microbiota fecal1.
  • El tratamiento con anticuerpos monoclonales anti inmunoglobulina E y otros productos biológicos ha mostrado resultados prometedores como alternativa o adyuvante a la inmunoterapia para disminuir sus efectos secundarios, que suelen ser los responsables de que los pacientes abandonen el tratamiento5,6.
  • Los alérgenos alimentarios modificados («proteínas hipoalergénicas») también podrían ser una alternativa eficaz para paliar los efectos secundarios de la inmunoterapia con alérgenos naturales3.

Introducción

La alergia alimentaria consiste en una reacción patológica del sistema inmunitario desencadenada tras la ingestión de un alérgeno alimentario. La exposición a pequeñas cantidades de alérgenos puede provocar síntomas que suelen afectar a la piel, al aparato respiratorio y al aparato digestivo, y la intensidad de dichos síntomas puede llegar a ser muy grave7,8.

La prevalencia de las alergias alimentarias está aumentando, sobre todo en países desarrollados. En Europa, la prevalencia se estima en un 0,3 %-5,6 % en los adultos, aunque puede alcanzar el 10 % en los niños en edad preescolar7,9. El proyecto EuroPrevall evaluó la prevalencia de las alergias alimentarias en adultos en ocho países europeos. El país que resultó más prevalente fue Suiza (5,6 %), seguido de España (3,3 %)9.

La alergia alimentaria es la causa más frecuente de anafilaxia en todos los grupos de edad10.

Aunque los alérgenos alimentarios dependen de los patrones de consumo de cada país, los que provocan el 90 % de las alergias son los siguientes: leche, huevo, frutos secos, soja, trigo, pescado y marisco7.

Tratamiento de las alergias alimentarias

El tratamiento clásico de las alergias alimentarias consiste en educar al paciente y a sus familiares o cuidadores, evitar los alérgenos y tratar de forma precoz los síntomas de una posible ingestión accidental con antihistamínicos, corticoides o adrenalina1,7,11,12.

Gracias al avance de los últimos años de la investigación en alergología, el abordaje de estos pacientes ha cambiado y el tratamiento es más activo: introducción temprana de posibles alérgenos alimentarios (a los 4 meses), identificación de alérgenos relacionados después de haber identificado una alergia alimentaria, monitorización activa y desensibilización7,13.

Inmunoterapia específica con alérgenos alimentarios

Los ensayos clínicos realizados hasta el momento para evaluar posibles tratamientos de las alergias alimentarias se han enfocado principalmente en la inmunoterapia específica, que consiste en administrar un alérgeno en cantidades progresivamente más altas para inducir la desensibilización y la tolerancia2.

La inmunoterapia específica con alérgenos alimentarios se puede administrar por tres vías: oral, epicutánea y sublingual1,2. Dichas vías presentan distintos perfiles de seguridad y eficacia1.

En las alergias alimentarias, la vía de administración de inmunoterapia más estudiada y utilizada es la oral5, que parece ser la más eficaz pero también la que presenta más riesgo de reacciones adversas, incluida la anafilaxia4,10.

Por el contrario, las vías sublingual y epicutánea tienen un mejor perfil de seguridad y tolerabilidad, pero el grado de desensibilización que se alcanza es menor que con la vía oral4.

A pesar de que la inmunoterapia es el tipo de tratamiento más estudiado, aún no se han establecido la dosis y la duración del tratamiento más adecuadas, ni los resultados a largo plazo1,14.

Otros tratamientos en investigación

Actualmente hay numerosos ensayos clínicos en marcha para evaluar nuevos tratamientos inmunomoduladores para las alergias alimentarias:

  • Productos biológicos. Se han desarrollado productos biológicos dirigidos contra citocinas y contra anticuerpos para tratar ciertas atopias, como el asma y la dermatitis atópica. Aunque no hay ninguno aprobado para las alergias alimentarias, se han abierto numerosas líneas de investigación5. Estos fármacos podrían ser la solución a los efectos secundarios que con frecuencia se asocian con la inmunoterapia y que incluso provocan el abandono del tratamiento. Sin embargo, aunque los resultados son prometedores, hacen falta más estudios5.
    • Anticuerpos anti inmunoglobulina E. El omalizumab es el producto biológico más estudiado en las alergias alimentarias. Se une a las inmunoglobulinas (Ig) E libres y, a su vez, evita que estas se unan a la superficie de los basófilos y los mastocitos, por lo que inhibe la desgranulación de estas células tras la exposición al alérgeno1,2.
    • Anticuerpos contra citocinas producidas por linfocitos T cooperadores de tipo 2. La expresión de interleucina (IL) 4 inducida en los monomorfonucleares periféricos por los alérgenos se ha asociado con la alergia a la leche y con la sensibilización de tipo IgE a la leche y al cacahuete. Se ha visto que los pacientes con mutaciones en los receptores α de la IL-4 y en la IL-13 tienen más riesgo de presentar alergias alimentarias. El dupilumab es un anticuerpo monoclonal recombinante de la IgG4 humana que inhibe la señalización de la IL-4 y la IL-131.
    • Anticuerpos contra citocinas producidas por células epiteliales. La sensibilización antigénica se asocia con un aumento de la permeabilidad de las células epiteliales. La linfopoyetina estromal tímica y la IL-33 son citocinas producidas por células epiteliales que inducen una respuesta inmunitaria mediada por linfocitos T cooperadores de tipo 2, por lo que actuar frente a estas dos citocinas podría ser útil para tratar las alergias alimentarias1.
  • Adyuvantes inductores de respuestas inmunitarias mediadas por linfocitos T cooperadores de tipo 1. En modelos murinos, se ha visto que combinar estos adyuvantes (por ejemplo, los receptores del tipo toll) con alérgenos alimentarios en la inmunoterapia disminuye las reacciones anafilácticas1.
  • Vacunas de ADN. Estas vacunas producen una respuesta inmunitaria frente a un alérgeno codificado por un fragmento de ADN insertado en un plásmido bacteriano. El mecanismo es el siguiente: tras la administración intramuscular o intradérmica de la vacuna, las células presentadoras de antígeno captan el plásmido y activan las síntesis de una proteína de fusión alérgeno-proteína de membrana asociada al lisosoma-1 (LAMP-1). El componente LAMP dirige la proteína de fusión hacia los lisosomas, donde el alérgeno es procesado por el complejo principal de histocompatibilidad de clase II y se produce una respuesta inmunitaria mediada por linfocitos T cooperadores1.
  • Proteínas modificadas. Los alérgenos alimentarios naturales se alteran mediante intervenciones físicas o químicas, o incluso modificaciones genéticas (selección de los epítopos reactivos). Así, disminuye su capacidad alergénica y mejora la tolerancia a la desensibilización a la vez que se mantiene la inmunogenicidad del alérgeno1,7. Entre los alérgenos alimentarios modificados se encuentran los péptidos sintéticos y las proteínas recombinantes7.
  • Tratamientos dirigidos al microbioma. Se han descrito intervenciones tanto preventivas como terapéuticas dirigidas a manipular el microbioma1, el cual es el conjunto de microorganismos presentes en el organismo junto con su material genético15.
    • Probióticos. Los probióticos podrían alterar la tolerancia inmunológica de los pacientes con alergias alimentarias15,16, pero los datos disponibles no son concluyentes1.
    • Trasplante de microbiota fecal. Consiste en la transferencia de heces de un donante sano al tubo digestivo de un individuo enfermo. Se ha visto que el trasplante de heces de bebés humanos sanos a ratones con alergias alimentarias disminuye el riesgo de anafilaxia tras la exposición al alérgeno1.

En la tabla 1 se muestra un resumen de los tratamientos más novedosos para las alergias alimentarias que se están investigando actualmente.

Tabla 1. Resumen de los tratamientos en investigación para las alergias alimentarias

Tratamiento Ensayos clínicos
Anti-IgE
Omalizumab (AcMo anti-IgE) Monoterapia para la alergia al cacahuete
Adyuvante a la inmunoterapia oral para la alergia al cacahuete, a la leche o a múltiples alimentos
Anti-IL4-R
Dupilumab (AcMo anti-IL4-R) Monoterapia para la alergia al cacahuete
Adyuvante a la inmunoterapia oral para la alergia al cacahuete
Adjuvantes inductores de respuestas mediadas por Th1
Glucopiranosil lípido A Adyuvante a la inmunoterapia sublingual para la alergia al cacahuete
Anti-TSLP y anti-IL-33
Etokimab (Ac anti-IL-33) Alergia al cacahuete
Vacunas de ADN
ASP0892 (ARA-LAMP-vax) Alergia al cacahuete
Alérgenos alimentarios modificados
Proteínas Ara h 1, Ara h 2 y Ara h 3 del cacahuete recombinantes, encapsuladas y modificadas Alergia al cacahuete
HAL-MPE1 Alergia al cacahuete
Tratamientos dirigidos al microbioma
Probióticos Alergia a la leche de vaca
Probiótico con inmunoterapia oral Alergia al cacahuete
Trasplante de microbiota fecal Alergia al cacahuete

Ac: anticuerpo; ADN: ácido desoxirribonucleico; AcMo: anticuerpo monoclonal; Ig: inmunoglobulina; IL: interleucina; R: receptor; Th1: linfocitos T cooperadores tipo 1; TSLP: linfopoyetina estromal tímica.
Fuente: adaptado de Albuhairi et al1.

Aunque los datos son limitados, indican que el tratamiento con suplementos de hierbas medicinales chinas en modelos murinos disminuye la respuesta inmunitaria mediada por linfocitos cooperadores de tipo 2, la desgranulación de los mastocitos y la liberación de histamina2.

CONCLUSIONES

Hoy por hoy, las alergias alimentarias no tienen cura. Hacen falta tratamientos que disminuyan o incluso eliminen el riesgo de anafilaxia asociado a dichas alergias y que mejoren la calidad de vida de estos pacientes y de sus familiares o cuidadores.

Aunque actualmente se están investigando numerosos tratamientos nuevos para las alergias alimentarias, se debe establecer su eficacia, su seguridad y sus efectos a largo plazo.

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