RESUMEN
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un trastorno frecuente debido a la exposición prolongada y anormal de la mucosa esofágica al ácido gástrico. El control del pH gástrico y la reducción del tiempo de exposición del esófago al reflujo ácido es esencial para controlar los síntomas y prevenir lesiones de la mucosa esofágica. En este artículo se compara el efecto de los diferentes inhibidores de la bomba de protones (IBP) en el pH intragástrico de los pacientes con síntomas de ERGE en 4 estudios diferentes.
COMENTARIO
La exposición prolongada al ácido gástrico en la ERGE puede causar síntomas como pirosis y lesiones de la mucosa esofágica. La gravedad de la enfermedad se correlaciona con el grado y la duración de la exposición esofágica al ácido y depende en gran medida del pH. Un pH de 4 marca el límite entre el reflujo agresivo y el no agresivo. Cuando el pH del ácido gástrico disminuye por debajo de 4, los pacientes experimentan una sintomatología y un daño en la mucosa esofágica más graves, por lo que mantener el pH por encima de este umbral es clave en el tratamiento.
El tratamiento estándar de la ERGE son los IBP, como el esomeprazol, lansoprazol, omeprazol, pantoprazol y rabeprazol. En este artículo, se comparó la eficacia del esomeprazol 40 mg frente a los otros cuatro IBP, en sendos ensayos clínicos aleatorizados con grupos cruzados (A: lansoprazol 30 mg; B: omeprazol 20 mg; C: pantoprazol 40 mg; D: rabeprazol 20 mg).
Los pacientes recibieron el tratamiento diariamente, después de una noche de ayuno, tomando una única dosis con un vaso de agua 30 minutos antes del desayuno en el centro donde se realizó el estudio (los días 1, 2 y 5) o en casa. El tratamiento se tomó durante 5 días y se siguió de un periodo de lavado de al menos 13 días entre un medicamento y otro. El día 5 de cada tratamiento se evaluó la adherencia al tratamiento contando la medicación no utilizada. Se permitió el uso de antiácidos en caso de reflujo gastroesofágico intenso, excepto durante la pHmetría.
En todos los ensayos se monitorizó el nivel del pH intragástrico durante 24 horas el día 1 (excepto el estudio de esomeprazol frente a omeprazol) y el día 5, inmediatamente después de la administración del fármaco de estudio.
Los resultados mostraron que, de los IBP evaluados, el esomeprazol mantiene los niveles de pH por encima de 4 durante más tiempo en 24 horas que el resto de los IBP. El día 1, los resultados fueron los siguientes: esomeprazol 40,6 % frente a lansoprazol 33,4 %, p = 0,0182; esomeprazol 50,3 % frente a pantoprazol 29,1 %, p <0,001; esomeprazol 41,0 % frente a rabeprazol 29,4 %, p = 0,002. El día 5, los resultados fueron los siguientes: esomeprazol 57,7 % frente a lansoprazol 44,5 %, p <0,0001; esomeprazol 69,8 % frente a omeprazol 43,7 %, p <0,0001; esomeprazol 67,0 % frente a pantoprazol 44,8 %, p <0,001; esomeprazol 59,4 % frente a rabeprazol 44,5 %, p <0,0001.
Asimismo, la mediana de pH intragástrico en 24 horas y la proporción de pacientes con pH intragástrico mayor de 4 durante al menos 12 horas y 16 horas fue mayor con esomeprazol 40 mg que con los otros IBP evaluados.
El número de horas al día (24 horas) que el pH intragástrico se mantuvo por encima de 4 el día 1 en los cuatro estudios fue el siguiente: esomeprazol 9,7 horas frente a lansoprazol 8,0 horas; esomeprazol 12,1 horas frente a pantoprazol 7,0 horas; esomeprazol 9,8 horas frente a rabeprazol 7,1 horas. El día 5, el número de horas con un pH intragástrico mayor de 4 fue el siguiente: esomeprazol 13,8 horas frente a lansoprazol 10,7 horas; esomeprazol 16,8 horas frente a omeprazol 10,5 horas; esomeprazol 16,1 horas frente a pantoprazol 10,8 horas; esomeprazol 14,3 horas frente a rabeprazol 10,7 horas[1].
Estos resultados concluyen que el mejor control del pH gástrico con esomeprazol podría traducirse en una mejora de los síntomas y de la recuperación de la mucosa dañada.