Artículo Científico

Estrategias alimentarias para el tratamiento de la urticaria crónica espontánea: revisión fundamentada

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PUNTOS CLAVE

Resumen

Existe cierta controversia sobre el papel de la alimentación en la urticaria crónica espontánea (UCE). En determinados pacientes, se ha propuesto modificar la alimentación para mejorar los síntomas de la UCE. Esta revisión repasa las principales estrategias alimentarias y evalúa el grado de certidumbre de cada una de ellas.

Comentario

La UCE es una enfermedad dermatológica caracterizada por la aparición de ronchas pruriginosas, con o sin angioedema, que se produce sin que exista un factor desencadenante conocido y que dura más de 6 semanas.

A día de hoy, se desconoce el papel que juega la alimentación en la aparición de la UCE. La mayoría de las guías clínicas no recomiendan las modificaciones alimentarias como parte del tratamiento de la UCE. Sin embargo, la mayor parte de los pacientes eliminan los alimentos que, según su experiencia, se asocian a la UCE y, a menudo, plantean este tema en la consulta médica.

Esta revisión repasa los datos publicados para aclarar el papel de la alimentación en la UCE, con el fin de que los médicos actualicen sus conocimientos y puedan aconsejar a sus pacientes tratamientos eficaces y fundamentados.

Métodos

Se realizó una búsqueda de las publicaciones sobre alimentación y urticaria en las principales bases de datos científicas. Las recomendaciones clínicas se estratificaron en función del grado de certidumbre de acuerdo con lo siguiente:

  • Grado A: recomendación basada en datos centrados en los pacientes concordantes y de buena calidad.
  • Grado B: recomendación basada en datos centrados en los pacientes no concordantes o de calidad limitada.
  • Grado C: recomendación basada en consensos, opiniones o casos clínicos.

Papel de la dieta en la urticaria crónica espontánea

Los síntomas relacionados con los alimentos se pueden clasificar en dos categorías:

  • Alergias. Son reacciones mediadas por el sistema inmunitario que pueden provocar síntomas similares a los de la UCE. No obstante, este tipo de reacciones se asocian con mayor frecuencia a la urticaria aguda y en muy raras ocasiones provocan UCE.
  • Intolerancias. Son reacciones no mediadas por el sistema inmunitario. Las intolerancias alimentarias son más frecuentes que las alergias en los pacientes con UCE. Los componentes de los alimentos que causan estas reacciones se denominan pseudoalérgenos.

Aunque los alimentos no suelen ser desencadenantes de la UCE, algunos alimentos pueden empeorarla mediante mecanismos inmunitarios o no inmunitarios.

Las estrategias alimentarias propuestas para mejorar los síntomas de la UCE se pueden clasificar en dietas de eliminación y dietas de suplementación.

Dietas de eliminación

Las dietas de eliminación pueden ser de diferentes tipos:

  • Dieta sin alérgenos. Estas dietas pueden ser beneficiosas en pacientes con UCE y alergias alimentarias mediadas por la inmunoglobulina E. Las principales dietas sin alérgenos consisten en suprimir la carne roja ―que puede contener galactosa-α-1,3-galactosa (recomendación de grado B)―, el pescado y sus derivados ―que pueden contener Anisakis simplex (recomendación de grado B)― o el gluten (recomendación de grado C).

Se pueden probar las dietas de eliminación en algunos pacientes con UCE resistente, por ejemplo, en los que tengan historia de anafilaxia o alergia confirmada, si el beneficio de eliminar el alimento supera los riesgos.

  • Dieta sin pseudoalérgenos. Casi el 18 % de los pacientes con UCE están sensibilizados frente a pseudoalérgenos. Dentro de los posibles pseudoalérgenos, se recomienda eliminar los aditivos, como los colorantes, los conservantes o los edulcorantes (recomendación de grado A), o algunas sustancias naturales presentes en las frutas, los vegetales y las especias o compuestos vasoactivos, como la histamina, el ácido acetil-salicílico o el óxido nítrico (recomendación de grado B).

Las dietas sin pseudoalérgenos pueden actuar como un tratamiento complementario para reducir los síntomas en algunos pacientes con UCE.

  • Dieta baja en histamina. La histamina es el principal mediador de la UCE. Se recomienda una dieta sin histamina o con baja cantidad de histamina en pacientes con UCE resistente (recomendación de grado B). Aunque esta dieta se solapa en cierta medida con la dieta sin pseudoalérgenos, es más fácil seguirla, ya que incluye una mayor variedad de alimentos.

Las dietas bajas en histamina constituyen un tratamiento complementario sencillo y coste-efectivo en algunos pacientes con UCE resistente.

  • Dietas personalizadas. A los pacientes con UCE resistente se les recomienda escribir un diario en el que indiquen los alimentos que han consumido antes de cada episodio de urticaria. De este modo, se puede planificar una dieta personalizada que excluya los posibles desencadenantes (recomendación de grado A).

Las dietas personalizadas pueden afectar a la vida personal y social de los pacientes y comprometer el equilibrio nutritivo, por lo que no se debe abusar de ellas y se aconsejan una vez que las pruebas de provocación hayan confirmado cuáles son los alimentos causantes.

Dietas de suplementación

Las principales estrategias de suplementación propuestas en pacientes con UCE son las siguientes:

  • Suplementación con vitamina D. Se recomienda la suplementación con vitamina D durante 6 semanas en pacientes con UCE resistente (recomendación de grado A), especialmente en los que tienen carencia de esta vitamina. Evaluar la concentración sérica de vitamina D puede ser útil para valorar la necesidad de la suplementación.
  • Suplementación con diamina‑oxidasa (DAO). Se recomienda suplementar con DAO (la enzima que cataboliza e inactiva la histamina) cuando la urticaria no se controla con los antihistamínicos de primera línea y en pacientes que tienen una concentración de DAO baja (recomendación de grado A). No obstante, se necesitan más estudios que respalden esta recomendación.
  • Suplementación con probióticos. Se recomiendan los probióticos/simbióticos como tratamiento complementario en pacientes con UCE resistente (recomendación de grado A), aunque la mejoría solo se ha demostrado en niños tras 4 semanas de suplementación. Los autores recomiendan la suplementación durante 4-6 semanas junto con el tratamiento convencional como una prueba, siempre y cuando no existan contraindicaciones.

Conclusiones

Las modificaciones de la alimentación pueden ser beneficiosas como tratamiento complementario solo en algunos grupos de pacientes con UCE resistente. Por eso, se desaconseja eliminar determinados alimentos de forma generalizada en los pacientes con UCE.

En general, las dietas de eliminación tienen un menor grado de certidumbre que las de suplementación. Dentro de las dietas de eliminación, las dietas sin alérgenos y las personalizadas son las que tienen más fundamento. La dieta sin alérgenos estaría recomendada en pacientes con alergia alimentaria confirmada (una causa poco común de UCE).

Las dietas de eliminación deben mantenerse durante un mínimo de 3 semanas para garantizar la respuesta. Se desaconseja prolongarlas durante más tiempo salvo que lo justifiquen las pruebas de provocación oral, ya que pueden provocar carencia de nutrientes y afectar a la calidad de vida de los pacientes.

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