RESUMEN
Esta actualización complementa la del 2016. En ella se mencionan nuevas estrategias de prevención de la insuficiencia cardíaca (IC), como el cribado mediante la determinación de péptidos natriuréticos. Otros temas que se tratan son el manejo de las comorbilidades y el tratamiento farmacológico de la IC.
COMENTARIO
La guía explica que, en pacientes de riesgo de presentar IC, el cribado mediante la determinación de los péptidos natriuréticos, seguido del abordaje temprano multidisciplinar (incluido el tratamiento por un especialista en cardiología), puede ser útil para prevenir la disfunción del ventrículo izquierdo o un primer episodio de IC. Los péptidos natriuréticos también son útiles para apoyar o descartar la IC como origen de la disnea y también tienen otros usos, que la guía describe.
En la actualización del 2016 ya se mencionaban los nuevos medicamentos para la IC con fracción de eyección reducida (IC-FEr), el sacubitrilo-valsartán y la ivabradina. Ambos mantienen en el 2017 las mismas recomendaciones.
En cuanto al tratamiento de la IC-FEc, se mantienen las recomendaciones de la guía de 2013. Se añade que en determinados pacientes (con FE ≥45 %, elevación de las cifras de péptido natriurético B o ingreso por IC en el último año, tasa estimada de filtración glomerular >30 ml/min, creatinina <2,5 mg/dl y potasio <5,0 mEq/l), podrían valorarse los antagonistas de los receptores de aldosterona para reducir las hospitalizaciones. También se llega a la conclusión de que el uso rutinario de nitratos o de inhibidores de la fosfodiesterasa 5 para mejorar la capacidad de hacer ejercicio y la calidad de vida es inefectivo.
La guía presenta también varios algoritmos y numerosas tablas para consultar las recomendaciones, actualizadas con los últimos ensayos clínicos realizados. Incluye también recomendaciones para tratar comorbilidades como la hipertensión, la anemia y los trastornos del sueño. En este sentido, aboga por mantener la presión arterial sistólica por debajo de 130 mmHg en todas las variedades de IC. Asimismo, en pacientes con riesgo cardiovascular elevado (estadio A de IC), el objetivo de presión arterial es <130/80 mmHg, con el fin de reducir la incidencia de IC y la muerte por causas cardiovasculares.