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WhatsApp en medicina: ¿aliado o enemigo?

Desde su creación en 2009, WhatsApp ha ido invadiendo todos los espacios de la vida hasta cambiar por completo nuestra forma de comunicarnos. Lo utilizamos para hablar con nuestra familia, para quedar con los amigos, para hacer gestiones… Pero ¿qué hay de la consulta médica?

¿Para qué se utiliza WhatsApp en medicina?

Seguro que no te estamos revelando un gran secreto al decirte que WhatsApp puede facilitar la comunicación y el intercambio de información en medicina, como ya lo hace en otros ámbitos. De hecho, cada vez son más los profesionales sanitarios que utilizan esta herramienta de mensajería en su entorno de trabajo con alguno de los siguientes propósitos:

  • Compartir información con otros profesionales. El diálogo con otros colegas es una constante en nuestro trabajo, ya sea para pedir una segunda opinión sobre el diagnóstico o el tratamiento de un paciente o para preguntar por el resultado de una prueba.
  • Facilitar la comunicación con el paciente. Las aplicaciones de mensajería pueden ayudar a resolver dudas puntuales de manera remota o a realizar el seguimiento de un paciente. Esta opción parece especialmente útil en el caso de pacientes que viven en zonas rurales o que tienen dificultades para acudir a la consulta.
  • Aprender. Aunque el objetivo principal de WhatsApp es enviar y recibir mensajes, también permite crear grupos con otros profesionales que pueden constituir auténticos foros de debate para discutir casos o comentar temas de actualidad médica.

Ventajas

El uso tan extendido de esta aplicación, junto con su bajo coste y su sencillez, son algunas de las ventajas que nos arrastran a la corriente del «WhatsApp para todo». Pero si hablamos de medicina, debemos resaltar algunas bondades más específicas:

  • La facilidad para comunicarse con otros profesionales agiliza y promueve la colaboración interdepartamental. Compartir información con otros especialistas (incluso de otros centros) puede ayudar a tomar mejores decisiones, lo que favorece la atención médica y se traduce en un beneficio para el paciente.
  • Permite obtener una respuesta inmediata, independientemente de los lejos que esté tu interlocutor y sin perder tu preciado tiempo en localizarlo.
  • Utilizar WhatsApp para resolver dudas muy básicas puede evitar desplazamientos innecesarios y reducir la congestión de las consultas. No decimos que diagnosticar a un paciente a través de WhatsApp sea una buena idea, pero sí puede ser útil para recordar a tu paciente cuándo era el mejor momento para tomar una pastilla o de qué manera debía aplicarse una crema.

Inconvenientes

A pesar de las ventajas, el uso de WhatsApp conlleva una serie de inconvenientes, y algunos de ellos son tan importantes que, mientras no se solucionen, nos llevan a desaconsejar el uso de esta herramienta:

  • Si no pones los límites adecuados, puedes llegar a sufrir constantes interrupciones que te dificultarán desarrollar correctamente tu trabajo presencial. Además, estas interrupciones pueden llegar a invadir tu vida personal, ya que es habitual recibir mensajes más allá del horario laboral.
  • Aunque parezca contradictorio, esta herramienta de comunicación puede deteriorar la relación entre médico y paciente, ya que el diálogo a través de WhastApp suele ser más corto, con menos detalles y más impersonal.
  • El diagnóstico a través de este sistema puede provocar importantes errores médicos que se evitarían en la consulta presencial. Es imposible hacer una anamnesis adecuada a través de mensajes y, aunque sea posible enviar imágenes, no siempre tienen la calidad suficiente como para asegurar un diagnóstico acertado.
  • Las consultas realizadas a través de este medio carecen de trazabilidad y los resultados e impresiones no se vuelcan a la historia clínica, por lo que no es posible realizar un seguimiento adecuado de los pacientes.
  • Pero, sin duda, el mayor de los inconvenientes es la posible vulneración de la privacidad del paciente. Aunque los mensajes enviados a través de WhatsApp están encriptados (solo el emisor y el receptor pueden verlos), la información queda almacenada en tu móvil, de modo que cualquiera que tenga acceso a tu dispositivo podrá ver el contenido.

Además, desde que se publicó el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en 2016, diversas autoridades europeas de protección de datos están en un continuo tira y afloja con WhatsApp porque, aunque Meta —propietaria de WhatsApp— ha actualizado su política de privacidad, dichas autoridades consideran que sigue vulnerando el RGPD. Meta acumula ya 1300 millones de euros en multas por infringir el reglamento europeo, la última emitida por la Comisión de Protección de Datos de Irlanda a principios de 2023.

Conclusiones y consejos

Las aplicaciones de mensajería instantánea pueden resultar muy útiles para compartir información en medicina y mejorar la atención sanitaria. Sin embargo, por muy atractivas que resulten, no podemos obviar las cuestiones éticas y legales y, en este sentido, WhatsApp no consigue (de momento) el aprobado.

Entonces, ¿debemos renunciar a las ventajas que ofrece esta vía de comunicación? ¡No necesariamente! En los últimos años se están desarrollando aplicaciones seguras, específicamente diseñadas para uso médico y que cumplen con la normativa sobre la protección de datos. Si quieres empezar a familiarizarte con ellas, Siilo es una de las más conocidas.

Referencias

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