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La tecnología al servicio del paciente anciano

Estamos envejeciendo. El cambio demográfico es una realidad y el número de personas mayores y dependientes es cada vez mayor. Como consecuencia, se está produciendo una revolución tecnológica en torno al cuidado y el bienestar de la tercera edad con el objetivo de hacer su vida más fácil. En este artículo, te contamos algunas de las novedades más importantes en este campo.

¿Qué es la monitorización remota?

La monitorización remota es una de las principales ventajas que la tecnología ha traído para nuestros mayores. Consiste en un sistema de sensores que pueden instalarse en puntos estratégicos de una vivienda, o bien que sea el propio paciente el que lo lleve consigo en todo momento. Estos dispositivos están conectados a una central de monitorización, la cual avisará en caso de emergencia a los familiares del paciente o bien a personal sociosanitario (teleatención), según se haya configurado.

¿Qué dispositivos electrónicos pueden ayudar a los pacientes ancianos?

Si eres de los que piensa que las palabras tecnología y anciano no pueden ir en la misma frase, espera a que te mostremos la gran variedad de soluciones de atención médica a distancia que pueden mejorar la calidad de vida de los ancianos y pacientes dependientes y, por tanto, dar tranquilidad a sus familiares.

  • Teleasistencia. Este es posiblemente el método más utilizado. Consiste en un dispositivo que se asocia al teléfono del paciente en su domicilio. Un asistente especializado llamará periódicamente para asegurarse de que todo va bien. Además, cuenta con un botón que los pacientes pueden pulsar en caso de emergencia.
  • Botones de ayuda. Suelen ser pulseras o colgantes con un botón que, en caso de pulsarse, enviará una alerta al teléfono móvil del familiar o cuidador, o bien a los servicios sociosanitarios.
  • Pulseras. Además de las pulseras con botón de ayuda, en el mercado hay una gran variedad según las necesidades: pulseras para hacer o recibir llamadas, con GPS, que detectan ausencia de movimiento, etc. Para aquellos con presupuestos más bajos también hay pulseras de silicona que contienen un código QR, por lo que cualquier persona con un smartphone podrá acceder a los datos personales y médicos de la persona que la lleve puesta y así avisar a su familia o a su cuidador.
  • Cámaras de vigilancia. Si las utilizamos para vigilar nuestras casas, ¿por qué no también a las personas mayores?
  • Sensores de actividad. Para los que prefieran una opción sin cámaras ni micrófonos para mayor intimidad, está la opción de colocar sensores en las zonas más transitadas de la casa. Si el sistema de sensores detecta inactividad durante mucho tiempo, enviará una alerta al teléfono del cuidador o familiar.
  • Sistemas de detección de caídas. Son pulseras que, en caso de sospecha de caída, avisan a los servicios sanitarios y les indican la localización por GPS.
  • Sensores de cama. Hay situaciones en las que no es posible que haya alguien durmiendo cada noche con la persona mayor o dependiente. En estos casos, una solución intermedia son los sensores de cama, que avisarán al familiar o cuidador si ocurre alguna incidencia por la noche.
  • Sensores de puerta. Estos sensores sirven para controlar si la persona mayor o dependiente ha salido de casa.
  • Sensores de nevera. Para controlar que la persona mayor o dependiente no pase demasiadas horas sin comer.
  • Luz en el baño. Nos referimos a la famosa lucecita que se activa con el movimiento.
  • Sistemas de detección de humos. Estos dispositivos son especialmente útiles para pacientes con demencia.
  • Monitores del ritmo cardíaco. Consisten en cintas que se colocan alrededor del pecho y detectan ciertos parámetros, como la frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria.
  • Pastilleros inteligentes. Lo único que tiene que hacer el cuidador es rellenar la bandeja de medicamentos y el dispositivo se encargará de avisar al paciente y dispensar la medicación correspondiente en cada toma.
  • Robots. Con el auge de la inteligencia artificial, se están desarrollando robots para ayudar a los ancianos a comer, a entrar en la ducha, para hacerles compañía, etc. La mayoría de estos robots aún no está a la venta, por lo que tocará esperar.
  • Aplicaciones móviles. Hay aplicaciones creadas específicamente para la tercera edad. Por ejemplo, algunas permiten instalar un sistema operativo más simple y fácil de utilizar que el estándar y que aumenta el tamaño de los iconos, números y letras. Otras permiten subir el volumen de las llamadas más de lo que suele hacerlo el propio teléfono. Además, hay incontables aplicaciones móviles de juegos para ejercitar habilidades cognitivas como la memoria.

¿Qué nos espera?

Se estima que el número de hogares unipersonales seguirá aumentando en los próximos años, por lo que todos los dispositivos comentados dejarán de ser recursos para unos pocos y se convertirán en una necesidad global.

¿Te quedas más tranquilo conociendo todos estos recursos tecnológicos de ayuda al paciente anciano?

Referencias

 

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